Y tú, ¿por qué compras?

Vas a ir de tiendas, a ver las rebajas…. ¿necesitas otro par de pantalones? ¿ya se te han roto las deportivas de hace seis meses?

La individualidad, la persona, es cada vez más importante. Anhelamos reconocimiento y autoestima y por ello acumulamos relaciones, «likes» en redes sociales, zapatos, ropa, artículos de belleza.

bolsas de compra

Los países desarrollados somos los primeros en cuanto a depresión y malestar psicológico. ¿Cómo es posible si tenemos de todo y vivimos en una sociedad de bienestar? Somos sociedades a quienes no nos falta de nada pero que continuamente buscamos algo.

Ésto es porque los valores culturales son inalcanzables para la mayoría de las personas: ser físicamente perfectos, trabajar poco y tener un gran salario, viajar continuamente, salir a comer y de copas cada fin de semana, poseer ropa y artículos modernos,…

Reafirmamos nuestro yo con cosas materiales: tanto compro, tanto tengo, tanto valgo.

Felicidad al comprar

Comprar es como una droga: cuanto más tenemos, más queremos. Lo que ya tenemos no nos sacia, sino el impulso a tener más.

Los comercios y sus departamentos de ventas nos crean necesidades, nos hacen creer que necesitamos ciertos artículos para vivir y estar en el mundo. El artículo que compraste el año pasado ya no es bueno, ahora tienes que comprarte otro si no quieres ser menos que los demás.

El malestar emocional es el motor del mercado. Es la estrategia de la publicidad: hacernos creer que no podemos estar satisfechos.

compras online

En gran parte de las ocasiones, compramos por llenar vacíos emocionales o por tapar problemas y malestar que no manejamos de la forma correcta. Entonces, ¿de verdad necesitas tener ese nuevo perfume? ¿otra camiseta?

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