Con el tiempo, la rutina y la sociedad caótica en que vivimos, hemos olvidado dónde, cómo, qué y cuánto tocar. En un entorno donde imperan los mass media, el contacto es uno de los lenguajes más olvidados.

El llamado tacto consciente o sensar (sensación + pensar) consiste en tocar de forma consciente sin ningún tipo de intención o propósito. Toda nuestra piel es erógena, así que no se puede subestimar ni olvidar acariciar los hombros, el cuello, la cintura, los muslos,…
Tocar y acariciar sin expectativas, disfrutando de la sensación y el momento concreto.

Para desarrollar un tacto consciente lo primero es percibir, sentir, escuchar el propio cuerpo y después el de la otra persona. Al ser consciente de las propias sensaciones es cuando es más interesante entrar en contacto con otra persona y disfrutar de la interacción que va fluyendo.
Si quieres consultar algo sobre este tema u otras cuestiones, contacta con adenpsicologia@gmail.com. Mejorar tu vida sexual está en tus manos.